martes, 29 de enero de 2013

Todos con Shiryu


La crisis está destruyendo las perspectivas laborales de miles de jóvenes de este país. Nos pasamos estudiando media vida, recibiendo una formación específica que solo puede convertirnos en una pieza más del sistema productivo, para que, toda vez que hemos terminado de dejarnos buena parte de nuestros mejores años en esa universidad castrante, nos demos cuenta de que tanto sacrificio no ha servido para nada. Así, poco a poco, el sistema va perdiendo consistencia, capacidad de integración y recuperación.

Cada vez tiene menos sentido estudiar o hacerlo en el sistema formativo institucional. Si todo lo que aprendimos no valió para tener un trabajo estable que nos permita casarnos, tener un buen coche, criar un par de hijos y, sobre todo, hipotecarnos hasta las cejas, entonces tenemos dos opciones: asumir que tiramos nuestro tiempo por la borda o revertir la frustración poniendo en práctica nuestras capacidades de manera performativa, es decir, operativizando todo el saber adquirido de manera muy distinta a como lo desea el sistema. 

Hablando claro: se trataría pues de utilizar nuestra formación no para engordar al monstruo ni tragar con sus deseos, sino para enfrentarnos a él y revertir el curso de la cascada. Si el bueno de Shiryu lo consiguió, por qué nosotros no. Hay que mojarse.

1 comentario:

  1. Creo que hay mucha gente mojándose y apostando por enfrentarse al monstruo. No es que yo sea un ingenuo optimista ni mucho menos, pero creo que el enfrentamiento crece. Posiblemente no ha llegado a constituir una "masa crítica" que provoque cambios, pero posiblemente sólo es una cuestión de tiempo.

    ResponderEliminar