viernes, 19 de julio de 2013

Interrogante


No se trata de lo que gané con aquella decisión. Se trata, precisamente, de todo lo contrario, de lo que perdí por querer, de una vez por todas, desalojar el terror de las entrañas y vivir tranquilo junto a mi mujer y mis dos hijas. Os hablo de lo que abandoné en el camino. Porque el miedo quedó atrás, el pánico, y el miedo no es un dolor en la ingle o un cáncer imprevisto y asesino, qué va; el miedo es algo que se hace mucho más presente en el día a día. El miedo tiene el rostro, por ejemplo, de un funcionario del INEM. Dice mi mujer que el terror para ella habita en la posibilidad de que alguna de nuestras hijas se abra la cabeza con el borde de un escalón o cosas por el estilo. A mí, por el contrario, jamás me han dado miedo ese tipo de cosas, tal vez porque, al menos es este aspecto, siempre me ha acompañado la suerte; una suerte parcial, es cierto, pero sin duda suficiente, y que además han heredado mis hijas. Porque yo las he visto jugar tranquilas junto a un perro que les arrancaría la cabeza de un bocado y no he sentido pavor, quizá porque el pavor sea otra cosa, repito, acaso un bolsillo vacío, una mano llena de piedras o una araña que corre por el pasillo huyendo de no se sabe muy bien qué. A veces pienso que el terror es un hombre que se rinde o se convierte en un cobarde. La mayoría de las veces le digo a mi mujer que el miedo, como decía antes, tiene cuerpo de ciempiés y el rostro múltiple, pero a la vez idéntico, de un puñado de parados, en cola, derrotados. Aunque otras veces me pregunto si el terror no será algo mucho más parecido a esta sensación que nace de un interrogante a su manera también letal.

- Relato perteneciente a 50 pasos para dar el salto. Imagen de Gerd Arntz.

3 comentarios:

  1. Bueno, aunque de otra forma y con otras inquietudes (no muy lejanas) hoy también he escrito sobre el terror del interrogante. En catalán, pero básicamente para joder a los/as catalanes que hoy sólo aceptan afirmaciones y adhesiones. El resultado es, inevitablemente, un cuento de horror basado en la filiación al clan y a la patria.

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  2. ¿Para cuando un libro de cuentos de horror basados en la filiación al clan y la patria? Más que necesario.

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