domingo, 14 de julio de 2013

Taro

Gerda Taro

Las noches insomnes dan para mucho. Hace poco, en una de ellas, escuché un tema de Alt-J que se llama Taro. No lo había escuchado nunca, pero al conocer el título pensé en Gerda Taro, la fotógrafa alemana que era compañera de Robert Capa. Busqué el vídeo y lo encontré subtitulado. Resulta que la canción narra la muerte del fotógrafo húngaro, que murió poco después de pisar una mina cuando seguía a una compañía francesa durante la Guerra de Indochina, en 1954.

El vídeo es una delicia. De hecho, tiene un punto etnográfico que tampoco desentona con la historia y que me recuerda a los documentales de antropología que ponían en la tele hace no mucho. Me refiero al programa Otros pueblos, cuyo archivo está aquí, y que parece van a reponer pronto, supongo que en La 2.

Gerda Taro, judía, escapó de Alemanía poco después de que los nazis tomaran el poder. Tras ser detenida, decidió salir del país. Fue en París donde conoció al húngaro, cuyo nombre real era Endre Ernö Friedmann, por entonces un fotógrafo con poco éxito. Él le enseñó oficio. Parece que inventaron el pseudónimo Capa con la intención de hacerle pasar por norteamericano y poder así colocar sus fotos con mayor facilidad en las revistas de la época, donde los fotoreportajes estaban muy bien pagados.

 Última foto de Robert Capa, poco antes de morir

Tras el comienzo de la Guerra Civil Española, la pareja decidió trasladarse al país, donde cubrieron varias batallas y bombardeos sobre la población civil. Ambos simpatizaron con el bando republicano. Fueron las fotos que Taro tomó de la Batalla de Brunete, las que le aportaron prestigio y le hicieron ganarse un nombre, eludiendo al fin la sombra de su propio compañero, que también realizaría en España parte de su mejor trabajo.

La muerte de la fotografa alemana fue, al igual de la de Capa, un desgraciado accidente. En julio del 37, durante un movimiento de tropas, cayó del estribo del coche del general Walter y fue atropellada por un tanque. Murió unas horas después. Fue enterrada en París como una heroína de guerra. 

Sabemos que la muerte de Gerda marcó profundamente a Capa, con el que había mantenido una relación tensa y no exenta de desencuentros, casi todos relacionados con su peculiar manera de entender el fotoperiodismo. No obstante, el fotógrafo húngaro continuó su periplo aventurero por los frentes de guerra de la II Guerra Mundial y la Guerra de Indochina, donde, como dijimos al principio, halló la muerte.

El prestigio de ambos no hace sino aumentar con el tiempo, convirtiéndose en mitos proclives a ser recreados una y mil veces, como en el vídeo de Alt-J. De hecho, el descubrimiento hace unos años de la famosa maleta mexicana ha favorecido que la leyenda crezca, llamando la atención de los miles y miles de visitantes que acudieron a las distintas exposiciones organizadas a los largo y ancho del mundo a raíz del hallazgo de los aproximadamente 4500 negativos que conforman el tesoro.

Precisamente por lo anterior, no creo que esta sea la última vez que hable de ellos aquí, o aquí.

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