miércoles, 28 de mayo de 2014

Plata

 Una obra de Kenton Nelson

1

El personaje se asoma a la ventana. La ventana es vieja y detrás la noche. El estómago arde. Pasó la náusea.

Se da la vuelta. Ella duerme a su lado. Respira hondo y habla en sueños, aunque solo a veces. El personaje se echa a su lado. Cierra los ojos. El roce de la sábana tibia le reconforta. Huele a oscuridad.

De pronto, como un destello en la memoria, el brillo de sus pulseras de plata. Sonríe. Ya le da igual dormir. Rehúye la idea de que está siendo feliz. Se aferra al sueño.

2

Por la mañana, la tos augura una mañana complaciente. Este eres tú, te dices al mirarte de reojo en el espejo. Nada ha cambiado. Domingo de verano: café, tiempo, libros en el alféizar, como rosales en flor contra el desastre.

Ella camina desnuda por el salón. Su cuerpo tintinea y él cruza los dedos. Será posible una vez más... Después, la primavera. Después, la insondable terquedad de la esperanza.

3

Un gato negro camina por el tejado. Apartas la lectura para hacerle un sitio a la pregunta. Ella te observa con la mirada interrogante de los primeros días. Quisieras no asustarla. El gato maúlla exigiendo algo. Conoces su desconsuelo. Ya no habrá paz. Es lo que piensas. Celebras la tregua con la piel de punta. Te sabes, una vez más, con suerte. Podría haber sido distinto.

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