sábado, 19 de julio de 2014

Ramiro Pinilla (o la precondición del estudiante)


Todo vacío. La ciudad, el bloque de pisos donde vivo, los bares... El calor espanta. Salgo a tomarme un café y cuando regreso, pienso en el personaje de Sin respuesta. Allí también, una dulce y misteriosa ensoñación. La vida recogida detrás de un muro, al cobijo de una máquina que escupe aire, frente al televisor y su emisión idiota. Mientras, otros escriben. Desde luego, no es ningún mérito.

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Detroit. Enfrentar la pesadilla. Una ciudad que parece renacer conforme vuelven a crecer los cuentos. Piensas en la última escena de una de las pelis de Mad Max. Contar historias, como hace miles y miles de años, entre nubes de polvo, casas destruidas, muy cerca de la más que absoluta desesperación (en el límite justo donde la voz opera). Detroit. La huida. Edificios enteros abandonados, como este mío, en pleno julio. Un lugar, tan bueno y tan malo como cualquier otro; una casa-desierto ideal para leer, escribir y sobreponerse a las malas noticias.

Ramiro Pinilla (Bibao, 1923)

iii

Quizá haría lo mismo. Ramiro Pinilla seguramente se tomaría las cosas con la misma distancia con la que hoy, al menos, intento tomármelas yo. Últimamente he leído un par de entrevistas suyas. Poco a poco, espero leer todo lo que ha escrito este escritor vasco. Un tipo que permanece quieto, que se situa al margen y es feliz, reconfortado, a sus más de ochenta años, con lo que ha hecho en su vida. Un tipo que, como mi padre, perdió la visión de un ojo cuando era bastante joven y levantó una casa, plantó un huerto y se dedicó a lo que sabía; en el caso de Pinilla, escribir libros en el tiempo robado a las obligaciones, fabular para sobreponerse al infortunio y contener el miedo.

iv

Hay que aprender, me digo. Eso es lo primero. Detroit puede esperar. Todo eso que quieres hacer rápido, puede esperar también. Aprender, eso es lo importante. Después, que lo que tenga que venir, te llegue y no te pase por encima. Vas en camino.

2 comentarios:

  1. Pinilla es un autor que se debe leer y reivindicar. Creo que si le preguntas a Àgueda te dirá algo parecido. Tiene una mega-novela que parece surgida del XIX pero no, es del XX: "Verdes valles, colinas rojas". También me permito recomendar un texto casi divertimento pero con mala leche: "Solo un muerto más", la post-guerra civil vista con humor negro.

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  2. Las leeré, Lluís. Claro que sí. El verano es una buena época para hacerlo. Un saludo.

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